Elba Aurora E. S., sentada en la esquina del estrado de la sala de audiencia, miró fijamente al Juez penal, Ramón Villanueva Uribe, quien al verla no pasó por desapercibido el pómulo morado del ojo izquierdo de la mujer.
Ella vestía una blusa ajustada, color negro sin mangas, que descubrían sus brazos y mostraba también otras huellas de violencia en su cuerpo que también observó el juzgador.
La mañana del viernes 7 de enero, Elba Aurora acudió a rendir su declaración y denunció que agentes de la policía de Tepoztlán no cumplieron con su deber de brindar seguridad. Al contrario, protegieron a los responsables de la agresión.
Lo que dijo al Juez, Ramón Villanueva fue lo siguiente:
El jueves 30 de diciembre, alrededor de las 09:30 horas, ella y su esposo, Rafael A. M. estaban en su terreno, en la calle Constitución del paraje Huehuelcóyotl del poblado de Santo Domingo, municipio de Tepoztlán.
Elba Aurora acomodaba piedras en el tecorral y Rafael prendía una fogata en la choza, cuando llegó una camioneta y un automóvil, y descendieron alrededor de diez personas, entre hombres y mujeres, se encaminaron hacia ella con insultos.
El grupo de personas se abalanzó contra la mujer, y mientras ellos la sujetaron, ellas comenzaron a golpearla. Ella pidió auxilio a su esposo, quien al escuchar el llamado acudió, pero lo repelieron a pedradas.
Rafael se vio avasallado al ser superado en número de agresores por eso corrió a pedir auxilio a la policía. El hombre se topó con una patrulla, tripulada por los agentes, Diego Emmanuel Carmona Bello y David Romero Fuentes.
Mientras tanto, Elba Aurora era golpeada por las personas, una de las mujeres agresoras intentó meterle una piedra en la boca, la cual logró quitársela y usó para defenderse.
“¡Ayúdenme! Llamen a la policía, me quieren secuestrar”, fue el grito desesperado que hizo la mujer para llamar la atención de los vecinos del lugar y así evitar que la siguieran golpeando.
Minutos después llegaron los agentes de la policía, Carmona Bello y Romero Fuentes, pero se negaron detener a los responsables de la agresión porque dijeron: no hay flagrancia, a pesar de la denuncia directa de Elba Aurora.
Por el contrario, los oficiales detuvieron al esposo de ella, Rafael, y lo pusieron bajo custodia del Ministerio Público tras ser señalado por lesiones, por una de las mujeres agresoras.
Mientras, a ella le dijeron que tenía que acudir personalmente al Ministerio Público a presentar su denuncia.
“Fui discriminada, fui humillada, fui abandonada por la Policía de Tepoztlán”, dijo la mujer. Ese hecho fue criticado por el Juez, quien también reprochó la omisión y las incongruencias en el caso, de la Fiscalía General de Justicia.
Lo anterior debido a que el Ministerio Público no llevó a cabo una investigación adecuada y exhibió la deslealtad en su labor. Villanueva Uribe resolvió no vincular a proceso penal a Rafael, por las inconsistencias.
Elba Aurora señala al policía Adair Cedillo Gutiérrez, a quien identifica como sobrino de los agresores como cómplice, ya que protege a las personas que la golpearon por un conflicto agrario.
“Hoy me entero que (los responsables) tienen un familiar dentro de la corporación, por eso nunca nos han hecho caso”, dice en una entrevista que se realizó al concluir la audiencia.