Antonio R. A., una persona adolescente de 17 años, desapareció la tarde del jueves 8 de abril en Yautepec, Morelos.

Cinco días después, el martes 13, su abuela Elvira R. O. presentó la denuncia ante el Ministerio Público. Fue en el anfiteatro del Servicio Médico Forense (Semefo) de Cuautla, en donde ella encontró a su nieto: muerto.

El caso de Antonio es uno de los 52 homicidios ocurridos, en los últimos 20 días por la violencia en la zona oriente del estado, revelan fuentes de la propia Fiscalía.

Los asesinatos suceden a dos meses de la aprehensión de Irving Solano, alias “El Profe”, el 17 de febrero, supuesto líder del Cártel Jalisco Nueva Generación en la región.

Las fuentes hablan de un conflicto: el grupo de “El Profe” se fragmentó en tres partes, dos de las cuales sostienen una pugna muy violenta y crece cada día.

La historia.

La última vez en que Elvira, una mujer de 60 años, vio a su nieto, Antonio fue la tarde del jueves 8 de abril, alrededor de las 18:00 horas, cuando él salió de su domicilio.

Ese día, poco antes de las 15:00 horas, llegó un amigo de Antonio a su casa, ubicada en la calle Vicente Guerrero de la Colonia Vicente Estrada Cajigal de Yautepec.

– Mamá ahorita vengo – dijo Antonio a su abuela.

– ¿A dónde vas? – preguntó ella.

– Voy con un amigo a arreglar una bicicleta- respondió al momento en que salía.

– ¡No te vayas a tardar! – le gritó ella mientras él se alejaba y se perdía de vista.

La noche llegó, pero la mujer no se preocupó porque pensó que nada malo podría ocurrir. En ciertas ocasiones Antonio llegaba tarde, incluso hubo una vez en que él no llegó a dormir a casa, recordaría días después en su declaración.

Al día siguiente, preguntó entre sus vecinos si habían visto a su nieto ya que él era muy popular, lo conocían con el sobrenombre de: “El Güero”.

Pero llegó el sábado 10 de abril, y aún no sabía nada de él. Elvira salió a buscarlo en las calles de la colonia. Nadie dio ninguna pista de Antonio.

La madrugada de ese día, en los primeros minutos, la policía recibió una llamada telefónica del hallazgo de una persona muerta en la calle de terracería, San Miguel de la colonia Ixtlahuacan en Yautepec.

La policía investigó y confirmó el reporte. Minutos después, el personal del Servicio Médico Forense (Semefo), de Cuautla, llevó a cabo la diligencia del levantamiento del cadáver.

El cuerpo de la persona desconocida fue abandonado frente al local de Grúas Martínez. La víctima vestía una sudadera y playera, ambos de color gris, pantalón de mezclilla azul claro y tenis de color negro.

El perito, en criminalística de campo, observó a simple vista que el cuerpo tenía una herida de bala en la cabeza. También encontró dos casquillos percutidos calibre 9 milímetros.

La tarde del martes 13, Elvira acudió a la Fiscalía para denunciar la desaparición. Ella entregó una fotografía y autorizó para que los datos personales de su nieto se publicarán en una ficha de búsqueda.

El informe de un agente de investigación criminal dice que al momento en que la mujer era entrevistada se le presentaron unas fotografías de la persona víctima de homicidio. Fue así como ella identificó al Güero.

Ola de violencia.

Del 31 de marzo al 19 de abril del presente, 52 personas han sido asesinadas en la zona oriente del estado de Morelos, se presume que es por la disputa entre dos grupos del crimen organizado.

Fuentes consultadas atribuyen la ola de violencia a la disputa de los grupos que encabezan Jesús “N”, segundo al mando del “Profe”, y Jonathan “N”, otrora “jefe de plaza” de Tepalcingo.

Ambos eran subalternos de Irving Solano, líder regional, detenido en febrero pasado.

La Comisión Estatal de Seguridad no hace nada para prevenir los crímenes y la Fiscalía General de Justicia no investiga, mucho menos busca esclarecer los homicidios: la impunidad campea en el estado.