El día en que Rafael B. M. fue asesinado salió de su casa, en la colonia Lomas Tetela, para desayunar con su socio, Hugo Ochoa Delgado, en el restaurante “El Refugio”, ubicado en la calle Paseo del Conquistador de la colonia Lomas de Cortés de Cuernavaca.
Un día antes, los socios acordaron reunirse para tratar un tema de negocio: la licitación para abastecer de sanitizante a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en dónde Rafael aportó un capital de 840 mil pesos.
Ese jueves 2 de septiembre de 2021, Rafael salió del restaurante y caminó hasta su camioneta que dejó estacionada cerca de ahí, en la calle Cuesta Clara. Al tratar de subir a su vehículo, el hombre fue asesinado por disparos de arma de fuego.
En una entrevista, Hugo dijo a un agente que ese día desayunó con Rafael, y alrededor de las 12:30 horas se despidió de él. Hugo cruzó la calle con rumbo a una tienda Oxxo.
Pero la versión de una mesera y de la dueña del restaurante “El Refugio” es diferente: Hugo nunca llegó a la cita. Rafael estuvo solo, todo el tiempo.
Verónica, la mesera conoció a Rafael, ya que ambos estudiaron juntos, dijo a un agente, quien la entrevistó. Ella recordó que Rafael ordenó unas enchiladas y un café, después un segundo café. Pidió la cuenta y se fue del lugar.
En tanto que Mariana, la dueña del restaurante, secundó la versión de Verónica y dijo que ese día cuando Rafael se fue, escuchó 6 disparos y al salir a ver, miró a su cliente herido.
Teniendo como sustento las declaraciones de Verónica y Mariana, la Fiscalía inició la investigación y solicitó un informe de los equipos de comunicación de Hugo, y por medio de su teléfono móvil, lo ubicó cerca de la escena del crimen.
Del reporte telefónico se desprendió que Hugo se comunicó con José Alfredo Uribe Domíguez, la segunda persona imputada, por lo que solicitaron otro informe del celular de José Alfredo, y también fue ubicado cerca del lugar de intervención.
La Fiscalía también pidió un informe del teléfono de Rafael, mismo que nunca fue hallado pero un día después de su muerte, el móvil se ubicó en las instalaciones de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano de Cuernavaca.
Para la Fiscal del caso, Hugo y José Alfredo fueron ubicados geográficamente, por sus celulares, en las inmediaciones del lugar donde Rafael fue asesinado. Además de que, la licitación, en donde la persona víctima invirtió, nunca existió.
Esa fue la versión que la Fiscalía dio a conocer al Juez Especializado de Control Edie Sandoval Lome quien, a solicitud de las dos personas imputadas, fijó el próximo lunes 13 de febrero para continuar con la audiencia de vinculación a proceso.