A Domingo Olvera Miguel, comandante de Seguridad y Custodia del Primer Turno del Centro de Reinserción Social (CERESO) Morelos, sus compañeros lo llaman: el operador, “él orquesta todo lo sucio que se hace en el penal”.
Domingo Olvera, con al menos 18 años de servicio en la Coordinación de Reinserción Social, es la “mano derecha” de Francisco Flores Jiménez, actual director operativo del centro penitenciario de Atlacholoaya.
El propio personal del Cereso ante la corrupción que prevalece y cansado por el abuso del mando, denuncia:
“Hay un custodio de nombre, Jesús Román Arcos, alias “El Chamaco”, es amante de la directora del Cereso. Él, junto con el comandante de turno Domingo Olvera Miguel y otro de nombre Jhonny Sotelo, alias Yoni, se dedican a cobrar cuotas a las tiendas y puestos que hay en el interior del Cereso”.
De acuerdo con la versión de los agentes, los comandantes se encargan de sacar y meter, del penal, todos los teléfonos móviles además cobran la renta del equipo y les ponen una marca para tener un control.
“En las aduanas, cuando van a meter alcohol y droga, cambian al personal de dicha área y ponen a la gente que trabaja con ellos. Domingo se encarga de llevar lo que se recauda a la directora. La venta de droga y alcohol se la llevan a el Paco”, dice uno de los denunciantes.
Fuentes confiables hablan de que, el dinero generado por concepto de la renta de tiendas de abarrotes –15 mil por cada uno de los 20 puestos comerciales en el interior del penal- es para la encargada de la dirección, Lluvia Oregón Bartolo.
Es por lo que, Lluvia Oregón prohíbe ingresar alimentos y artículos a los familiares de las personas internas:
“Pero, básicamente son las mismas quejas: ya no te dejan pasar nada de alimentos porque quieren vendértelo ellos adentro, más caro, no tienen justificación lógica del porqué no pasan ciertos alimentos”.
También recibe el pago del “brinco”, un soborno que dan para que las personas puedan ingresar y visitar a sus familiares internos, por cada persona cobran: 250 a 300 pesos, por la noche el pago es de 500.
“La directora dio la indicación a trabajo social para que no actualizarán las credenciales de las personas que visitan a sus internos con el fin de que paguen el brinco los familiares”, dice otra denunciante.
Una queja más: “…me han comentado en revisión corporal, que ya la directora dio indicaciones de que les toquen las partes íntimas a las mujeres. Varias compañeras de ahí me han comentado que ya se están pasando”.
El dinero recaudado, entre 150 y 80 pesos semanales por la renta de cada celular, aparato electrónico: televisores, equipos de sonido, ventiladores, planchas y otros; es para el director operativo del penal, Francisco Flores.
Domingo Olvera y su equipo de supervisores cobran la protección, favores, cambios de celda, agua, permisos para pasar de un dormitorio a otro, a las personas privadas de su libertad en Atlacholoaya.
Él amenazó a algunas personas privadas de libertad para que paguen por su celda o de lo contrario serán trasladados al área conocida como “Aduana”, en donde no cuentan con ningún tipo de servicio, no tiene baño ni ventana.
“Tienen que pagar para que no los manden a Aduana, es su manera de trabajar de Paco. Ellos son culeros y no se tientan de nada, los golpea bien feo”, denuncia otra fuente.
“Joaquín Villanueva, era el que ponía (acusaba) a el personal de custodia con el Paco, ahora ya es comandante del segundo turno. La visita íntima clandestina, ya es diario y todo el día, y la noche. Trabajo social ya no se hace cargo de eso”.
El personal administrativo del Cereso dice que Joaquín Villanueva, y otros cinco agentes custodios recibieron unos terrenos, luego de que en un motín salvaron a una persona privada de libertad de ser agredido por otros internos.
“Incluso (…) les dio unos terrenos a 6 custodios en Huitzilac. El trato fue (…) por haberlo protegido en la riña de hace 2 años… nadie sabía de esos terrenos, sólo porque los custodios fueron a hacer el cambio de propietario”, reveló otra fuente.
Ahora, la persona interna que fue protegido en el hecho violento es extorsionada por los mismos agentes de seguridad y custodia que le salvaron la vida, “quieren más”.
“El pasado mes de octubre, cambiaron a dos custodias porque no quisieron trabajar con el Comandante Domingo Olvera, y las cambiaron a un módulo”, denuncian los agentes.
La última queja contra Olvera Miguel, es que exige al personal operativo una cooperación de 500 pesos para un convivio de fin de año, cuando el año pasado dieron 200 pesos, pero si se oponen, el agente es cambiado de servicio.