El riesgo de fugas masivas de personas privadas de la libertad en los Centros de Reinserción Social de Morelos es potencial, y eso lo saben los propios agentes de seguridad y custodia, quienes hacen un llamado de alerta.
Ante la negligencia de las autoridades penitenciarias, los agentes de seguridad y custodia, entrevistados al respecto, piden la reserva de sus datos personales, por obvias razones, y para denunciar:
“El estado de fuerza (de agentes custodios) ha disminuido en más de un 40 por ciento en los últimos 4 años, y más de un 60 por ciento, en los últimos 15 años”, dice uno de los agentes.
Y agrega:
“Hace 22 años, eran alrededor de 250 custodios, divididos en tres turnos de 24 por 48 horas. Hoy no hay ni 100 por dos turnos, de 24 por 24, y peor aún: nadie quiere ser custodio”.
La versión de los agentes custodios, lo corrobora el último Diagnóstico Estatal de Reinserción Social 2020 que elaboró la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHM).
El informe revela que hace falta personal de seguridad y custodia en el CERESO de Atlacholoaya, pues la cantidad de personas privadas de libertad con relación a agentes custodios es desmedida.
“Durante la supervisión se constató que el estado de fuerza del centro durante el turno era de 86 elementos de seguridad y custodia, para vigilar a 2,276 personas privadas de la libertad”, dice el Diagnóstico.
En este sentido, la proporción es de un agente custodio por cada 27 personas privadas de la libertad, una cantidad exagerada para garantizar la vigilancia y la protección.
El caso se repite en el centro penitenciario de Cuautla, pues 24 agentes son responsables de vigilar a 624 personas privadas de la libertad, es decir un custodio por cada 25 personas internas.
Mientras en la cárcel distrital de Jojutla, el estado de fuerza es de 25 agentes para cuidar a 477 personas internas, un custodio por cada 19 personas privadas de la libertad.
De acuerdo con el Diagnóstico durante el año 2020, ocurrieron: dos fugas, dos riñas y tres motines, lo que dejó un saldo de 17 muertes violentas y 20 personas heridas en el CERESO de Atlacholoaya.
Apenas, el pasado domingo 24 de octubre del presente, poco después de las 15:00 horas, en el horario de visita, se suscitó un conato de riña en el Dormitorio 13 del centro penitenciario.
De acuerdo con fuentes consultadas, un grupo de aproximadamente 30 personas privadas de su libertad protagonizaron un conflicto contra un líder del penal, lo que puso en riesgo a personas civiles que se encontraban de visita.
Según la versión, el Director Operativo, Francisco Flores Jiménez ingresó con un grupo armado para mantener el control, a pesar de que existe un protocolo de seguridad en donde no se deben de ingresar con armas al interior del penal.
Pero esa no es la única vez, ya que existen casos en donde el servidor público ha ingresado armado y ha realizado disparos al aire para intimidar a las personas privadas de libertad.
Es por ese motivo, que los agentes custodios hacen un llamado de alerta porque no hay condiciones para garantizar y resguardar la integridad física de las personas internas, pero tampoco a quienes laboran ahí o acuden de visita.