El Coordinador del Sistema Penitenciario, Eduardo Javier Romero Espinosa, y el Director General de los Centros Penitenciarios, José de Jesús Zavala («Vulcano»), integraron a familiares cercanos en puestos clave, consolidando una red de nepotismo dentro del Sistema Penitenciario de Morelos.

Romero Espinosa incorporó directamente a su esposa, Erika Delgado, en la estratégica posición administrativa responsable de recursos financieros, materiales y humanos, además del mantenimiento general de la institución.

Delgado extendió esta red incorporando también a su hija, Karely Michel Lara Delgado, y a su yerno, José Bruno Cisneros Flores, quienes participan en decisiones cruciales sobre el manejo presupuestal.

Paralelamente, José de Jesús Zavala, identificado bajo la clave «Vulcano», dio un cargo relevante dentro del organismo penitenciario a su hijo, Juan Pablo Zavala Pérez. Esta inclusión profundiza las acusaciones sobre una estructura administrativa plagada por conflictos de intereses, señalados reiteradamente en denuncias internas.

Estas prácticas de contratación familiar comprometen severamente la transparencia administrativa, generando inquietud entre empleados y familiares de internos por la opacidad en el manejo de recursos públicos y el debilitamiento de los procesos internos de supervisión.

Esta revelación llega en un momento delicado, cuando la gobernadora Margarita González Saravia enfrenta cuestionamientos crecientes sobre la falta de avances concretos en la prometida reforma del sistema penitenciario estatal, destinado a dignificar las condiciones de vida de las personas privadas de la libertad.

La investigación sobre nepotismo continúa abierta, en espera de reacciones oficiales y posibles medidas correctivas por parte del gobierno estatal.