Durante el periodo de gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo ha prevalecido la corrupción y las graves violaciones a los derechos humanos en las cárceles del estado.
El último caso ocurrió en semanas recientes cuando familiares de personas privadas de libertad denunciaron a un jefe y un subjefe de turno, de seguridad y custodia del Centro de Reinserción Social (CERESO) Morelos.
Jesús Antonio Román Arcos, conocido con el sobrenombre de “Montai” y Jesús Ortiz, alias “El Chiquilin” ejercían “cárcel sobre cárcel” a más de una decena de personas internas.
La versión de los familiares es que las personas privadas de libertad son recluidas en un área conocida como “aduanas”, una celda que no tiene los servicios básicos y se encuentra en condiciones insalubres.
“Es una celda oscura con más de 30 personas, en donde ellos realizan sus necesidades físicas en el piso, duermen en el piso, no los dejan bañarse. Una celda en el olvido en donde deben de pagar para salir”, denunció un familiar.
La celda de “aduanas” es utilizada por el Director Operativo Jesús Francisco Flores Jiménez, alias “Paco”, para exigir sobornos, de hasta 500 mil pesos, a las familias de las personas privadas de libertad.
Los familiares se ven obligados a negociar y algunos han pagado hasta 100 mil pesos para que las personas internas, tengan derecho a una estancia digna.
El dinero es entregado al encargado de la dirección del CERESO, César David Chávez Patiño, quien se lo hace llegar al director operativo, Francisco Flores, reveló una persona entrevistada.
Fuentes consultadas confirmaron que, en semanas recientes, el jefe y subjefe de custodios utilizaron ese patrón para beneficio propio y sin reportar ningún dinero a su jefe “El Paco”, extorsionaron a varias personas internas.
“Todo lo que sacó de dinero nunca lo reportó con Paco”, dice una fuente que informa que por ese motivo El “Montai” y “El Chiquilín” fueron “sancionados” y enviados a las torres del penal.
“Ya los quitaron de jefes de turno, ellos estaban en el primer turno”, dice otra fuente sobre el caso.
“El Montai” se convirtió en gente de confianza de “El Paco” luego de que otro de sus subalternos, Domingo Olvera Miguel “le picó los ojos” y ahora se encuentra adscrito a la cárcel distrital de Jojutla.
Pero a diferencia de sus mandos, ellos sí fueron sancionados y destituidos de su cargo mientras los directores se mantienen en sus puestos y ante la indiferencia de las autoridades del estado.