La madrugada del lunes 20 de septiembre, en el área de “Sujetos a Protección” del Centro de Reinserción Social de Atlacholoaya, sucedió un hecho poco común.

Un grupo de agentes de seguridad y custodia del centro penitenciario entró a la celda 6 por el nuevo interno: el exdiputado Marco Zapotitla Becerro que ingresó la tarde del pasado sábado al área de “SP”.

– Te voy a decir la neta. A ese wuey se lo llevaron desde la una de la madrugada y nomás no ha regresado. Se rumora que en ese rato se lo habrían llevado a su casa- dice en un mensaje un informante del Cereso.

– Ellos (los custodios) confirmaron que lo sacaron del penal, pero no tienen la seguridad a dónde se lo llevaron, lo sacaron, pero no saben a dónde – insiste la fuente anónima.

La versión no tenía sentido, pero horas después se conocieron más detalles al respecto, en una audiencia que esa mañana del lunes tuvo el exdiputado local.

En la audiencia, la abogada defensora del exdiputado solicitó al juez, Edie Sandoval Lome, un permiso humanitario para que la persona imputada “se despidiera de los restos de su hermana”.

La defensora fue concreta: necesitaba un permiso de 8 a 10 horas para que Marcos Zapotitla acudiera al velorio, ubicado en el poblado de Tetelcingo en Cuautla.

Edie Sandoval ordenó la presencia de la autoridad penitenciaria y pidió un informe para saber si era posible el traslado del interno de “SP”. Fijó las 10:45 del mismo día para continuar con la audiencia y pronunciarse al respecto.

Una vez que se cumplió el plazo, la agente del ministerio público y el asesor jurídico se opusieron a que la persona imputada obtuviera el permiso humanitario.

La agente del Ministerio Público y el asesor argumentaron que existía un riesgo porque el exdiputado era muy amigo del Comisionado Estatal de Seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros.

El juez dijo a la agente del Ministerio Público que, si dudaba de las instituciones, ella podía iniciar una investigación y proceder legalmente contra el Comisionado por su relación con el exdiputado, preso en el Cereso.

Finalmente, el juzgador otorgó el permiso humanitario a Marcos Zapotitla, pero sólo por una hora. Antes comentó:

– Es la primera ocasión que se da un permiso de este tipo. Han existido otros casos, pero la autoridad penitenciaria se niega a concederlos y argumenta que no tiene el estado de fuerza para realizar el traslado.

Para el juez, fue evidente que la autoridad penitenciaria no mostró ninguna oposición para que el exfuncionario saliera de prisión y acudir al funeral de su hermana.

Recordó tiempo atrás que conoció el caso de una persona privada de su libertad, quien también solicitó el permiso humanitario para asistir al funeral de sus familiares, asesinados en la colonia Antonio Barona de Cuernavaca.

Pero la autoridad penitenciaria negó el permiso humanitario porque dijo no contar con agentes de seguridad y custodia para realizar el traslado de la persona interna en contraste con el caso de Zapotitla Becerro.

La Ley Nacional de Ejecución Penal contempla en su artículo 145 permisos humanitarios de salida por razones humanitarias.

“La persona privada de su libertad, podrá solicitar al Juez de Ejecución un permiso extraordinario de salida cuando se justifique por enfermedad terminal, fallecimiento de un pariente consanguíneo en línea ascendente o descendente de primer grado, cónyuge, concubina o concubino, o socioconviviente”.